Ante los brutales crímenes del Ejercito israelí en la franja de Gaza, creemos que es el momento de transmitir nuestra más profunda solidaridad con los habitantes de Gaza y su lucha contra el ejercito invasor y ocupante.

No nos equivoquemos: aquí los únicos terroristas son los criminales que llevan 60 años extendiendo la muerte y el horror en los Estados vecinos. Los que acusan a Hamás de ser una organización terrorista olvidan cínicamente que es el Gobierno legal y legítimo, electo en unos comicios supervisados por observadores internacionales, que solo ejerce su derecho a la legítima defensa. En el otro bando está el Estado de Israel, que prohíbe a los partidos árabes participar en las elecciones del próximo febrero, un Estado confesionalmente judío donde los árabes israelíes (que no israelitas) son ciudadanos de segunda, un Estado que se niega repetidamente a acatar las tímidas resoluciones de la ONU que logran superar el veto estadounidense. Y aun así, asistimos atónitos al cinismo de los llamados líderes de opinión, que despachan el asunto hablando de “una guerra” entre los “demócratas” israelíes contra una organización terrorista.

Es una obligación moral de todos aquellos que nos consideramos demócratas utilizar todos los medios a nuestro alcance para concienciar a la opinión pública y presionar a nuestros gobiernos. Sólo unidos podemos parar este genocidio.
Fotos: Efe
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