31/1/09

Aurora cultural: Canción última

Proyecto Aurora tiene el orgullo de inaugurar nuestra nueva sección Aurora cultural con Canción última, compuesta por un poeta novel pero muy prometedor que esperamos se convierta en un colaborador habitual, Efrén.

En estos tiempos de mediocridad literaria, este descubrimiento nos ha producido un fuerte impacto emocional. Esperamos que vosotros también disfruteis de su talento.

Efrén

Con un vuelo de pájaro azorado
por encima del techo cruza mi último día.
Detrás de este día breve
la pura voz del mármol y el silencio.
Yo sé que los caminos de mi sangre
confluirán en el muro donde bate
el hirviente oleaje de otros hombres.
Mis ojos queman hoy su última antorcha
y un galope frenético me lleva
por la senda final, definitiva
de la que una sola vez somos viajeros.
Mi sangre conoce su destino fulgurante
de inscribir las fachadas de la muerte.
¿Qué teméis de los brazos desarmados?
Dejad, dejádme solo cumplir mi último rito
frente a este altar que acoge al condenado
con el silencio hostil de un parapeto.
Mi voz presiente ya sus litorales.
Con el caliente abrazo
de un vino que se ajusta a su medida
yo colmaré la risa de la muerte,
pero el pecho seguro de su día
protegerá mi dorso contra el muro,
contra este muro negro como un álbum
donde un súbito golpe , para siempre
ha de fijar mi vuelo disecado.
Tan solo yo no oiré ese golpe seco
del hombre que se cierra como un libro.
Ese golpe del hombre y de su sombra.
Mi corazón a tono con su muerte
espera ya esos pífanos mortales
por donde un silbo de serpiente hace
en la nota más baja de la octava
el ruido y el silencio simultáneos.
Mi día depondrá al cabo sus espadas.
Después será la noche y el cortejo
que vaga en las raíces
llenando girasoles y palomas
de un viento de fosfóricas proclamas.
La hierba crecerá bajo mis ojos,
en mis órbitas donde la sombra hila
para hacer de la noche mi universo
sus alcobas de amor tendrán las larvas
y la ciudad de mármol será mía.
Pero vosotros, los que me ayudasteis
en esta misa negra de mi muerte
revestidos para siempre
del infamante oficio de verdugos
¿qué haréis con la pesada herencia de mi sangre?
No borrará el tiempo vuestro crimen
pervivirá como una negra huella que ensombreció alegres geografías.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Precioso Efrén.
Te animo a que sigas y no nos prives de tu poesía

Gracias. Un saludo