La princesa, el loco y el ministro (que pasaba por ahí)

Visarión

Ayer viernes la Princesa del Bisturí volvió a colarse en los informativos. Las imágenes eran las de siempre: una edulcorada y ñoña princesita alternando con niños enfermos y los payasos que les animan -por cierto, para algunos medios (como la imparcial y siempre crítica TVE) la visita era la noticia: el incidente era una nota al pie-, pero había una nota siniestra en la feliz voz en off: un "loco", un "perturbado", se "abalanzó" sobre su Excelencia gritando "¡Muerte al Rey!".

Evidentemente, fue reducido en el acto por los gorilas monárquicos e internado en el área psiquiátrica. El Delegado del Gobierno lo calificó de "incidente menor" y aclaró que "se ha descompensado" por no seguir el tratamiento. Los miembros de seguridad han decidido "inmovilizar" al hombre "para evitar una situación de riesgo".

Pero una vez más en este país es más importante ver lo que no se dice que lo que se dice en los medios. En primer lugar, ¡qué cosas!, resulta que la princesita no estaba sola, sino acompañada por el presidente balear, Francesc Antich, y el ministro de Sanidad, Bernat Soria. Al margen de lo que se opine de ellos, es revelador que en una visita en que hay dos cargos electos, con responsabilidad elevada y con un montón de preguntas interesantes que hacerles no aparezcan en ninguna imagen. Con la que está cayendo sobre el aborto y a nadie se le ocurre preguntar a Soria.

Sin embargo, una señora a la que no ha elegido nadie (me atrevería a decir que ni siquiera el principito) y que no tiene ninguna función salvo mostrarse tierna y "humana" con los niños (!) acapara todas las cámaras. Vamos, a los políticos (¡y mira que les gusta chupar cámara!) no se los ve ni de lejos. Censura y propaganda, dos caras de la misma moneda.

Y la censura está en el "incidente menor". En una visita con dos políticos y Letizia, con hordas de fotógrafos y cámaras alrededor... y nadie filma nada ni saca una foto. Ningún medio publica una foto de la "agresión". Si vamos al texto, vemos algo más preocupante: El País, El Mundo, La Gaceta de los Negocios, Larepublica.es,... todos publican la misma versión: el teletipo de la agencia EFE o de Europa Press, copiado y pegado. Textual. Sin contrastar ni indagar nada.

Curiosamente, es el monárquico ABC el que da una versión más precisa (a pesar de que ni siquiera menciona el incidente en el titular). Resulta que el hombre no se "abalanzó". Se acercó, grito "¡Muerte al Rey!" y, perdón por la expresión, le inflaron a hostias. Luego se ha creado una versión propangadística repleta de puntos oscuros: ¿quién era ese hombre? ¿por qué no hay fotos? ¿qué significa que estaba "descompensado" por no recibir tratamiento? ¿por qué no recibió tratamiento (nadie lo pregunta ¡teniendo al ministro de Sanidad delante!)? ¿qué pasará con él? ¿le detuvieron por estar "perturbado" o por gritar muera el rey?

Algo huele a podrido en Dinamarca. Pero no es este incidente: es la monarquía.