Con los resultados de las elecciones vascas y gallegas en la mano se confirman mis peores temores. Es probablemente lo peor que habría podido pasar. Probablemente dentro de unas horas asistiremos a una riada de declaraciones políticas y sesudos editoriales que vendrán a decir lo mismo: que buenos somos, que bien nos ha ido. La línea ya ha sido marcada a medida que avanzaba el escrutinio. Todos menos Touriño (que no el PSG) y Quintana han ganado... y, en el fondo, es una victoria efímera.

La opinión generalizada es que la holgada victoria de Feijóo refuerza el liderazgo de Rajoy. Es posible que esto sea un balón de oxígeno para Mariano, pero está claro que es sólo temporal. Si no ha sido desalojado ya de la poltrona no es por su fortaleza, sino por la fragmentación del partido. Sencillamente, ninguna facción es lo bastante fuerte como para imponerse a los demás.
El gran perdedor ha sido Anxo Quintana, el pariente pobre invitado a la mesa de los grandes partidos. El BNG estaba en la Xunta pero no en el poder, y esta circunstancia le ha atado a un PSG abúlico que le ha arrastrado en su caida. Cuando un miembro del PSOE o del PP sufre una derrota electoral de este calibre le sobran destinos a los que emigrar, pero en un partido localista probablemente la suerte de Quintana esté echada.

Pero ocurre que Cataluña es un granero de votos socialistas, y esa circunstancia, junto a la estructura federal del PSOE, dota de gran poder a su marca autonómica (y autónoma), el PSC. Pero no es así en Euskadi. Patxi López es un hombre de Zapatero, que ha hecho política (como el resto de partidos "constitucionalistas") en Euskadi pero no para Euskadi, sino de cara al resto de España. Ya veremos cómo les sienta a los vascos cuando sus intereses queden relegados a la conveniencia táctica de Zapatero en su juego contra el PP.
El País Vasco es un polvorín, y Zapatero va a pagar caro quitarse el dolor de cabeza permanente que le suponía Ibarretxe. Es un político astuto que sabrá aprovechar los fallos de López en las crisis que están por venir, y no serán pocas. La represión sobre los colectivos abertzales se incrementará y estos responderán en consecuencia, y la deriva derechista de Zapatero sólo puede agudizarse. En cuanto se siente lo bastante fuerte como para prescindir de los votos del PNV en el Congreso (que, en cualquier caso, no podrá conseguir si Patxi llega a Lehendakari), ha desaparecido cualquier posibilidad de llegar a una solución negociada del conflicto vasco, y por tanto de llegar a una paz real.
Fotos: EFE.
2 comentarios:
¡¡ Pero qué me gusta cómo escribes, jomío !!!.
Cuando sea mayor, quiero ser como tú
Tu fiel admiradora por siempre
Gracias :D. Pero ya sabes que no tienes que esperar a ser mayor para escribir lo que quieras: mándanos lo que te apetezca contar a proyaurora@gmail.com y lo publicamos.
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